04 noviembre, 2013

Mario Benedetti


Defensa de la alegría

                                                               
Defender la alegría como una trinchera 
defenderla del escándalo y la rutina 
de la miseria y los miserables 
de las ausencias transitorias 
y las definitivas 
defender la alegría como un principio 
defenderla del pasmo y las pesadillas 
de los neutrales y de los neutrones 
de las dulces infamias 
y los graves diagnósticos 

defender la alegría como una bandera 
defenderla del rayo y la melancolía 
de los ingenuos y de los canallas 
de la retórica y los paros cardiacos 
de las endemias y las academias 

defender la alegía como un destino 
defenderla del fuego y de los bomberos 
de los suicidas y los homicidas 
de las vacaciones y del agobio 
de la obligación de estar alegres 

defender la alegría como una certeza 
defenderla del óxido y de la roña 
de la famosa pátina del tiempo 
del relente y del oportunismo 
de los proxenetas de la risa 

defender la alegría como un derecho 
defenderla de dios y del invierno 
de las mayúsculas y de la muerte 
de los apellidos y las lástimas 
del azar 
y también de la alegría.


Estados de ánimo

                              A veces me siento como un águila en el aire ...
                       (A propósito de una canción de de Pablo Milanés) 

Unas veces me siento
como pobre colina, 
y otras como montaña 
de cumbres repetidas, 
unas veces me siento 
como un acantilado, 
y en otras como un cielo 
azul pero lejano, 
a veces uno es 
manantial entre rocas, 
y otras veces un árbol
con las últimas hojas, 
pero hoy me siento apenas 
como laguna insomne, 
con un embarcadero 
ya sin embarcaciones, 
una laguna verde 
inmóvil y paciente 
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces, 
sereno en mi confianza 
confiando en que una tarde, 
te acerques y te mires.. 
te mires al mirarme.


"Todos necesitamos alguna vez un cómplice.
Alguien que nos ayude a usar el corazón,
que nos espere ufano en los viejos desvanes.
Que desnude el pasado y desarme el dolor.
Prodigioso, sencillo, dueño de su silencio.
Alguien que esté en el barrio donde nacimos ,
 o que por lo menos,
cargue nuestros remordimientos
hasta que la conciencia, nos cuelgue su perdón.
Cómplice del trasmundo,
nos defienda del mundo,
del sablazo del rayo, y las llamas del sol.
Todos necesitamos alguna vez un cómplice,
 alguien que nos ayude a usar el corazón."

Mario Benedetti





Reseña biográfica
Poeta y novelista uruguayo nacido en 1920 en Paso de  Los Toros.
Recibió la formación primaria y secundaria  en Montevideo y a los dieciocho años se trasladó  a Buenos Aires
donde residió por varios años. En 1945 formó parte del famoso semanario «Marcha» donde colaboró como periodista
hasta 1974.
Ocupó el cargo de director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Universidad de Montevideo.
Desde 1983 se radicó en España permaneciendo allí la mayor parte del año. Obtuvo el VIII Premio Reina Sofía de Poesía
y recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante.
Su vasta producción literaria abarca todos los géneros, incluyendo famosas letras de canciones, cuentos y ensayos,
traducidos en su mayoría a varios idiomas.
De su extensa obra se encuentran entre otros, la novela «Gracias por el fuego», «El olvido está lleno de memoria»,
y los poemarios, «Inventario Uno» e «Inventario Dos».
Falleció en Montevideo en mayo de 2009.             ©