24 junio, 2013

SER...


A veces, las personas desaparecen delante de nuestros propios ojos.
A veces, las personas te descubren de repente, aunque te hayan estado mirando todo el tiempo.
A veces, nos perdemos de vista a nosotros mismos cuando no prestamos suficiente atención. 
Todos nos perdemos en alguna ocasión, sea por decisión propia o debido a fuerzas que escapan a nuestro control.
Cuando descubrimos lo que nuestra alma necesita aprender, el camino de vuelta se presenta por sí mismo.
A veces vemos la salida, pero seguimos avanzando y ahondando a pesar de nosotros mismos: 
el miedo, la rabia y la tristeza nos impiden regresar.
A veces preferimos permanecer perdidos y errantes, ya que suele resultar más fácil.
Otras veces hallamos la salida. pero, pase lo que pase, siempre nos acaban encontrando.

(Cecilia Ahern)
Libro: Un lugar llamado aquí


El amor no está en el otro, está dentro de nosotros mismos; nosotros lo despertamos. 
Pero para que despierte necesitamos del otro. 
El universo solo tiene sentido cuando tenemos con quien compartir nuestras emociones.


(Paulo Coelho)

Libro: Once minutos



11 junio, 2013

La Envidia


La envidia es la religión de los mediocres.
 Los reconforta, responde a las inquietudes que los roen por dentro y, 
en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad
 y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas
 del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, 
que pasan por la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos 
de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir,
 a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, 
ponen en evidencia sus pobreza de espíritu, mente y redaños.
 Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, 
porque su alma nunca les pertenecerá.

(Carlos Ruiz Zafón)
Libro: El juego del ángel



Los que mueren de verdad son los que no viven. 
Los que se reprimen porque los asusta el qué dirán.
 Los que hacen descuentos a la felicidad. 
Los que se comportan siempre de la misma forma pensando 
que no se puede hacer nada diferente, los que piensan que amar es como una jaula, 
los que nunca cometen pequeñas locuras para reírse de sí mismos o de los demás. 
Mueren los que no saben pedir ni ofrecer ayuda.

(Federico Moccia)
Libro: Carolina se enamora