30 septiembre, 2014

Tiempo


Un corazón lleno de nombres.

La memoria no ha de ser una losa que nos llene de tristezas o nos ancle en el pasado. 
Es parte (sólo parte) de quien soy hoy.

Es comprensible acarrear un poco de nostalgia, si nos recuerda que en nuestra vida ha habido algo bueno, pero no, si nos lleva a sumirnos en llanto por lo que ya no está.

El pasado está ahí para hacerme fuerte, no inútil. Para hacerme libre, no esclavo. 
Para darme vida en los momentos de fatiga. Para mostrarme un horizonte que se abre siempre hacia el futuro. Para recordarme que los caminos no se detienen, no todavía. 
Que los caminos se entrecruzan, se separan, serpentean, y me descubren siempre nuevas sorpresas, nuevos caminantes, obstáculos y recodos, lugares confortables donde descansar, que hay jornadas de cansancio y otras de reposo, que hay tormentas y luego sol.

Y allá sigo, caminando, con mi equipaje ligero pero valioso, con tantos nombres que se siguen uniendo al mío.

«Al final del camino me dirán: -¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres» 

(Pedro Casaldáliga)



Conserva lo que tienes, Olvida lo que te duele, lucha por lo que quieres, Valora lo que posees... 

Perdona a los que te hieren y disfruta a los que te aman. Nos pasamos la vida esperando que pase algo... Y lo único que pasa es la vida, no entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos.


13 septiembre, 2014

¡ Suelta el vaso !


Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:

- ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.

El psicólogo respondió: 
-"El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. 
Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. 
El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve."

Y continuó: 
-"Las preocupaciones son como el vaso de agua. 
Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. 
Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada."

Acuérdate de soltar el vaso !!!







"Seguimos el río abajo en la corriente 
ahí es donde comenzó mi sueño 
dejé mis preocupaciones a las personas que miran 
y soñaba sin  cuidado 
Me gustaría siempre estar a tu lado 
para ver el día y la noche 
y escuchamos a la salida del sol 
sintiendo cada vez más su luz
y vendrá la paz interior en silencio.
Donde quiera que vamos, no sé 
por un millón de años, nuestro amor sigue creciendo 
el misterio se profundiza, día a día 
pero confía en mi amor,
 y óyeme
La paz interior llegará en silencio
 Y vendrá la paz interior de tan tranquilo."

Beside you (Simply Red)

07 septiembre, 2014

Las flores del desierto.



Todas las flores del desierto están cerca de la luz.
 Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que andan por la calle con abrigos largos y minifaldas,
 las que huelen a limpio y sonríen cuando las miran.
 Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo.

Las mujeres más bellas esperan el autobús de mi barrio o se compran bolsos en tiendas de saldo.
 Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.

 Las flores del  desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos,
 que te acarician las manos  cuando estás triste, que pierden las llaves al fondo del abrigo,
 las que cenan pizza en  grupos de amigos y lloran sólo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento.
 Las bellezas reales son las que toman cerveza y no miden cuántas patatas han comido,
 las que se sientan en bancos del parque con bolsas de pipas, las que acarician  con ternura a los perros que se acercan a olerlas.
 Las preciosas damas de chándal de  domingo. Las que huelen a mora y a caramelos de regaliz.

 Las mujeres hermosas no  salen en revistas,
 las ojean en el médico, y esperan al novio, ilusionadas, con vestidos de  fresas.
 Y se ríen libres de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un  beso.
 Las mujeres normales derrochan belleza, no glamour, desgastan las sonrisas  mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la espalda.
 Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a carcajadas, abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los grandes grupos.
 Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni lápices.

Las flores del desierto son las que están a tu lado. 
Las  que te aman y las que amamos.
 Sólo hay que saber mirar más allá del tipazo, de los  ojazos, de las piernas torneadas, de los pechos de vértigo.
 Efímeros adornos, vestigios del tiempo, enemigos de la forma y enemigos del alma. Vértigo de divas y llanto de princesas.

La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad.

 (Mario Vargas Llosa)