En ocasiones
el cielo aparece ante mi vista
amenazante,
queriendo mostrar mi pequeñez humana.
Es entonces cuando al mirarlo,
le envío el reflejo
de tus ojos.
El se calma,
menguando,
ante el poder del amor.
Y otras muchas,
me hace sentir
sus lágrimas de soledad con su lluvia.
Es en estos momentos,
cuando con mi mano acaricio
sus gotas contra mi piel.