18 agosto, 2014

Efecto mariposa...


El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo


 Un viejo proverbio chino enuncia "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo". Es lo que llamamos efecto mariposa. En el marco teórico del caos la idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes. Sucediendo así, que una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a medio o corto plazo.

¿Es o no es la vida un sistema caótico?
 Pasamos gran parte de nuestro tiempo queriendo ordenar nuestra vida y a pesar de poner todo nuestro empeño no llegamos a conseguirlo del todo. En su transcurso, por muy definido y claro que tengamos a dónde queremos llegar, no dejan de aparecer imprevistos y, además, solemos cometer errores. Así, sólo nos queda adaptar nuestro paso al devenir que en sí mismo es impredecible y, por tanto, caótico.

¿Y nuestras decisiones en la vida? ¿Son más o menos importantes? 
Si tenemos en cuenta que el más mínimo aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo, podemos reconsiderar la importancia de todas y cada una de las decisiones que tomamos en la vida. Una decisión sin importancia aparente podrá generar un efecto considerablemente grande a medio o largo plazo en nuestra propia vida y en la de los demás. Afortunadamente, al ser humano le está permitido fijar metas, tomar decisiones, equivocarse y adaptarse a las circunstancias. Es decir, imaginar una vida ideal, ser libre para elegir, aprender de los errores y ser responsable consigo mismo. Cada pensamiento, actitud, palabra, gesto o acción repercute de alguna forma en nuestra propia vida y en las del resto de personas. Hemos de ser conscientes de la importancia de todo ello. Decantarnos por una opción u otra sin medir las consecuencias es un acto de irresponsabilidad absoluta.

Sin embargo, lo más irresponsable del ser humano no es no sopesar el efecto de sus elecciones, sino asumir  de forma categórica que la vida que vivimos es capricho del destino, del universo, de un ser superior, o lo que es aún más inconcebible, de "los otros". Con esta visión inmovilista nos desvinculamos de la responsabilidad de asumir nuestra propia capacidad para hacer frente a las circunstancias. ¿Para qué voy a hacer algo si al final la vida que me ha tocado vivir es la que me ha tocado vivir? ¿Para qué voy a tomar una decisión si otros la pueden tomar por mí? ¿De qué sirve enmendar mis errores? En definitiva, nos mantenemos al margen de nuestra propia vida. Nos alienamos de ella. Y vivimos como meros observadores, sufridores o víctimas de una película de ficción a la que no damos crédito.

Ya he comentado que nuestra situación actual en gran medida, repito, en gran medida, es el resultado de los pensamientos, actitudes, palabras, acciones y decisiones que de forma consciente o inconsciente hemos ido adoptando durante nuestra vida. Por tanto, ¿a qué esperas para darte cuenta que has llegado hasta aquí por tu propio pié? ¿Cuándo vas a asumir la responsabilidad que te corresponde contigo mismo? Si has llegado hasta este preciso instante y ahora sabes que tú eres el artífice. ¿Qué esperas a tener pensamientos, a mostrar actitudes, a pronunciar palabras, a provocar movimiento y a tomar decisiones que faciliten el cambio? ¿Cuándo vas a comenzar a cambiar tu vida? ¿Cómo vas a alcanzar aquello que tanto anhelas?

La solución pasa por un ligero y consciente movimiento de alas, desde ese preciso instante ya estás cambiando.



David García Alemañ
Personal & Professional Coach
simplifycoaching.wordpress.com

No hay comentarios: